Casi doscientas personas con VIH en València han utilizado el servicio de atención psicológica del Comité Antisida durante 2020 para afrontar su temor al rechazo

Sí, todavía en la actualidad, la discriminación asociada al VIH se sigue manifestando en diversos niveles y en diferentes espacios de sociabilidad. El miedo a un despido laboral, al distanciamiento social o al trato desigualitario continúa provocando que muchas personas con VIH prefieran pasar desapercibidas evitando sobresalir y exprimir su potencial. Para entrenar habilidades personales reprimidas, el Servicio de Atención Psicológica del Comité Antisida de València acompaña desde hace once años, en los procesos de aceptación y normalización de la enfermedad desde el ámbito hospitalario.
En el Doctor Peset, en La Fe, el Clínico y en Manises, un departamento psicológico de dilatada trayectoria trabaja integrado en las Unidades de Enfermedades Infecciosas (UEI) de estos cuatro hospitales valencianos. Con presencia también en el CIPS, el Centro de Información y Prevención del Sida de València, el servicio de atención continuada del Comité Antisida trabaja para reducir el malestar emocional asociado al reciente diagnóstico o a las alteraciones psicológicas que se puedan generar durante el transcurso la enfermedad. Para Carlos García Gomáriz, coordinador del servicio psicológico, existe una ecuación eficaz para empezar a trabajar con los miedos asociados al VIH, en cualquiera de sus estadios: “Se trata de conocer en profundidad esta ITS crónica, mantener un compromiso con el tratamiento antirretroviral y entrenar la mejora de la autoestima”
Es un trabajo en cadena que repercute en el bienestar integral. Informarse sobre qué es, y qué no es, el VIH es el inicio para la evitación del autoestigma, comenta Gomáriz. Que VIH no es sinónimo de Sida, o que las personas con Carga Viral Indetectable no transmiten la ITS al resto es información que tranquiliza, pero que también salva vidas. Tomar la medicación tal y como ha sido prescrita permite reducir los niveles de virus hasta convertirlos en indetectables. Esta indetectabilidad es la que mantiene el sistema inmunitario de la persona con VIH en un nivel similar a la de cualquier otra persona sin la infección. Entonces, una vez atendido el cuerpo, toca cuidar la mente, trabajar las emociones.
Evitar el autoestigma es el primer paso para trabajar la cuestión discriminatoria entre las personas afectadas por el VIH: “A veces – relata Carlos- es un círculo vicioso del que cuesta salir; cuando te ocultas para evitar ser discriminada alimentas la falsa creencia de que el estigma te está acechando”. Una persona con VIH segura de sí misma, que ha normalizado su condición, lo tiene más fácil para enfrentarse al estigma, según el coordinador del servicio psicológico: “cuando te has deshecho del autoestigma, cuando ya no te culpabilizas ni victimizas, el VIH ya no afecta en tu autoconcepto y tienes más herramientas para afrontar una situación real o percibida de discriminación”. Una persona resiliente, prosigue Carlos, no teme solicitar ayuda legal para defender sus derechos, si por ejemplo han sido vulnerados en el ámbito laboral. Esto es clave para promover la igualdad de oportunidades y el trato igualitario: el cambio de creencias, a menudo, se da desde dentro hacia afuera. Y ahí las personas con VIH tienen un gran poder, el de contribuir a mejorar la conciencia colectiva y el buen trato social.
Algunos datos sobre la atención del Servicio de Atención Psicológica en 2020:
De las 170 personas atendidas, 48 lo fueron por primera vez durante 2020, 18 de las cuales habían sido diagnosticadas de VIH en los últimos doce meses. El 65% de los diagnósticos recientes en 2020 tenían menos de 39 años. 120 de los pacientes eran hombres, 47 mujeres y 3 trans. Las franjas de edad con mayor número de usuarios eran las comprendidas entre los 50-59, 40-49 y 30-39 respectivamente. En cuanto a su orientación sexual se repartía casi de manera equivalente entre personas homosexuales y heterosexuales. Entre los motivos para acudir a la asistencia psicológica destacaban el haber tenido un diagnóstico reciente o presentar alteraciones psicológicas.
